No soy escritor, nunca he logrado recrear con palabras lo
que por mi cabeza pasa, es algo que es bastante frustrante. Ver una historia,
conocer un mundo que vive en tu mente y no ser capaz de sacarlo de ahí,
compartirlo con el mundo, que la gente pueda ser partícipe de él y ver cómo
crece, cómo viven sus habitantes el día a día y sus problemas cotidianos.
Por ello, creo, que los que son capaces de recrear esos
mundos, de sacarlos de su cabeza y; con palabras, mostrar al resto de la gente
cómo son y cómo quieren que los veamos… no, como son, realmente esos mundos que
están vivos, no de una manera física, sino, en la mente de estos “dioses” ya
que son ellos los que determinan el devenir de sus habitantes y sus destinos.
Es frustrante; como he dicho antes, no poder sacar de mi
cabeza ese mundo el cual sé que “vive” en mí. Podría intentar hacerlo, pero sé
que no le voy a hacer justicia, y de ahí surge mi frustración. No voy a
criticar la habilidad de otros que han “triunfado” en el mundo de la escritura
con sus libros, ni voy a alabar la maestría de otros. Si voy a admirar, desde
mi posición de mero espectador, esa destreza para poder pintar esos mundos.
Lo dicho, me levanto de mi sillón, y descubriendo mi cabeza la
acompaño con una reverencia.